
La también conocida como prueba de la marcha de los 6 minutos (PM6M) es un examen funcional de evaluación cardio-respiratoria. Se trata de una manera práctica y relativamente sencilla de conocer el estado del corazón y los pulmones evaluando la tolerancia al esfuerzo de caminar durante 6 minutos seguidos.
El examen consiste básicamente en medir la distancia total recorrida durante 6 minutos en un pasillo, salón o en una caminadora o cinta rodante no autopropulsada. Al mismo tiempo, se evalúa la frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno (porcentaje de oxigeno en la sangre) y el grado de dificultad respiratoria (disnea). En ciertos centros es también posible el monitoreo simultáneo de la presión arterial y del electrocardiograma, parámetros sumamente útiles en ciertos tipos de enfermedades.

Por lo general las personas sanas en 6 minutos pueden caminar entre 400 y 700 metros, dependiendo de la edad, el sexo y su estado físico. El fundamento fisiológico del test de la marcha de 6 minutos es que la distancia recorrida durante ese tiempo es una expresión directa de la capacidad del individuo para el ejercicio submáximo aeróbico. También se asume que ese nivel de ejercicio es el mínimo dispensable para poder realizar satisfactoriamente actividades menores de la vida diaria como la movilización dentro del hogar, el aseo y la alimentación.
Pero concretamente… ¿para qué sirve la prueba de la caminata?
El test de la caminata de 6 minutos (en inglés: six-minute walk test – 6MWT ) es útil para el estudio de uno de los síntomas más frecuentes en las consultas de cardiología y de neumología: la “falta de aire”, “ahogo” o “dificultad para respirar”. Resulta especialmente útil cuando este tipo de malestar aparece durante la actividad física, algo que lo médicos denominan “disnea de esfuerzo”.
Pero esta prueba no solo sirve para obtener más indicios de una posible enfermedad del corazón o de los pulmones. También es útil para evaluar la efectividad de los tratamientos en aquellos pacientes en los que ya se ha diagnosticado alguna patología que provoca insuficiencia cardiaca o respiratoria. Si los medicamentos, cirugías y otros procedimientos de rehabilitación son realmente efectivos, entonces el paciente deberá ser capaz de caminar progresivamente una distancia cada vez mayor y hacerlo con más facilidad en esos mismos 6 minutos.
La prueba de la marcha también tiene una utilidad pronóstica o de estratificación del riesgo. Numerosas investigaciones han demostrado que la capacidad para el ejercicio físico es un buen predictor de mortalidad. Dicho de otro modo: las personas con muy baja tolerancia a la actividad física tienen un peor pronóstico y más probabilidades de fallecer a corto o a mediano plazo.
Recorrer en 6 minutos una distancia inferior a 350 metros se asocia con un incremento de mortalidad en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedades pulmonares intersticiales – fibrosis pulmonar y patologías coronarias o valvulares que provocan insuficiencia cardíaca o hipertensión pulmonar.
También el test de la caminata de los 6 minutos permite medir de una forma objetiva algo tan abstracto como la “calidad de vida”. Se asume que entre menos tolerancia al esfuerzo tenga una persona, dispondrá de menos posibilidad de valerse por sí misma (validismo y autonomía) para gestionar sus actividades rutinarias. Por tanto, a menor capacidad para el ejercicio, tendrá más fragilidad, mayor dependencia y en general mucha menor calidad de vida.
¿La PM6M puede sustituir a la prueba de esfuerzo?
No, la prueba de la marcha de 6 minutos y la prueba de esfuerzo, también conocida como ergometría, son realmente dos exámenes con distinta finalidad. Aunque ambos son estudios funcionales que evalúan la respuesta cardiorespiratoria al ejercicio, la ergometría tiene mayor complejidad, requiere más equipamiento y es útil para establecer el diagnóstico de la enfermedad coronaria, algo que escapa a las posibilidades y objetivos de la PM6M.
¿Cómo se hace la prueba de la caminata?
La PM6M es una prueba bastante sencilla que necesita poco equipamiento por lo que usualmente resulta poco costosa. Es muy importante cumplir de manera estricta el protocolo de estandarización para asegurar la reproducibilidad de la prueba. O sea, para poder comparar los resultados del mismo individuo conforme pasa el tiempo e independientemente del centro donde la realicen.
Espacio físico y ambiente:
Para hacer la prueba se necesita disponer de un salón, corredor o pasillo amplio con un piso sin desniveles, bien iluminado y ventilado. La longitud ideal es de 30 metros o más. No se deben utilizar espacios que obliguen a realizar giros adicionales durante el recorrido.
También se puede utilizar esos tipos de banda rodante o caminadora que no disponen de motor y donde la velocidad depende exclusivamente de la capacidad de propulsión del propio usuario. En este caso es indispensable que el equipo cuente con un podómetro o el paciente use un reloj inteligente u otro medio que permita monitorear la distancia recorrida.

Condiciones previas:
- Llevar puestos ropa y calzados cómodos para la actividad física.
- No haber ingerido alimentos ni realizar actividades físicas unas dos horas antes del examen.
- Tomar todos los medicamentos prescritos por su médico, tanto el día previo como el mismo día del estudio.
- Los pacientes deberán utilizar cualquier ayuda habitual que ellos suelan usar para la marcha como bastón, muletas o caminador.
- Si el paciente usa fármacos broncodilatadores (medicamentos para dilatar los bronquios y mejorar la respiración) deberá transcurrir un mínimo de 15 minutos entre su última toma y el inicio de la prueba. En todos los casos deberá informarle al personal la hora y la dosis de la última administración.
Contraindicaciones:
- Infarto agudo del miocardio, angina inestable o tromboembolismo pulmonar recientes.
- Infecciones, edema pulmonar o crisis de asma en curso.
- Presentar en el momento del examen algún síntoma importante como dificultad para respirar, dolor en el pecho, taquicardia con o sin palpitaciones, fatiga, debilidad o sensación de desvanecimiento, fiebre, o calambres.
- Condiciones que limiten la marcha y que puedan interferir en la interpretación de la prueba, como cualquier lesión de la piel, los huesos, músculos o articulaciones en extremidades inferiores.
- Saturación de oxígeno arterial (SO2 ) medida por pulsioximetría menor de 90% con el paciente en reposo, sentado y respirando aire ambiente. Si la saturación es inferior a esa cifra se puede evaluara hacer la prueba utilizando oxígeno suplementario.


PM6M: los resultados no dependen solo del corazón y los pulmones.
No podemos perder de vista que además de las patologías cardio-espiratorias en los resultados de la PM6M también influyen factores psicológicos como la motivación, el estado anímico y el tipo de personalidad. Además interviene cualquier limitación debida a enfermedades neurológicas, articulares o músculo-esqueléticas, renales y hematológicas, así como el grado de entrenamiento previo que tenga la persona.
Por otro lado, en esta prueba como en muchos otros tipos de exámenes, se produce un “efecto aprendizaje” que puede modificar los resultados. Por ello, algunos recomiendan hacer dos pruebas y escoger la mejor de ellas.
¿Saber más?
Para más información sobre este examen te invitamos que sigas estos enlaces:
- Prueba de la marcha de los 6 minutos (PM6M). - Prueba de caminata de 6 minutos: recomendaciones y procedimientos.
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Redactado por: Dr. Aldo M. Santos, cardiólogo, MSc.
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ADVERTENCIA: Este artículo sólo tiene fines educativos y en ningún caso puede sustituir la atención médica con un profesional calificado.